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Todo comunica, aún y cuando digamos que no queremos comunicar nada… ¡ya ahí estás comunicando!

Teniendo eso en cuenta, considero que la manera más sencilla de evitar los “dolores de cabeza” por pensar en todos los detalles -que al final no son tantos- que conlleva mantener una buena imagen, es saber y conocer estos mandamientos de la imagen personal:

Recuérdate lo bueno que eres: la actitud influye en tu imagen más de lo que crees.

Viste con un objetivo en mente: claridad para elegir el outfit adecuado para la ocasión.

Aprende el lenguaje de los colores: involucra estados de ánimo y proyección.

Cuida tus manos: muestran mucho de como cuidamos el resto de nuestra imagen.

Mantén los buenos modales: sin importar si recibes respuesta, no olvides decir: “buenos días” y “gracias”

Conoce tu tipo de cuerpo: nos ayuda con la combinación de prendas para favorecer nuestra figura.

Cuida tu postura: camina como la persona exitosa que YA eres.

Observa los detalles: ser elegante no significa ser extravagante.

Atrévete a combinar: si te gusta y te hace sentir bien, inténtalo.

La claridad mental de cómo queremos vernos y proyectarnos es una de las principales herramientas para lograr que nuestra imagen nos apoye para lograr objetivos personales y profesionales.

Sin orden específico de los mandamientos de la imagen personal, lo importante es ponerlos en práctica, una vez que empecemos se nos va a hacer más sencillo mantenerlos.

Recuerda, estar presente diariamente en lo que hacemos, nos lleva a tomar mejores decisiones; y mejores decisiones nos lleva a tener mejores resultados.

With daily awareness you can make better daily choices, and with better choices you will start seeing better daily results.

R. Sharma